Hace meses quise escribir sobre este punto… y no lo hice, lo olvidé… se
pasó…
Pero ayer surgió algo…y me lo recuerda, y dándole vueltas al asunto creo
que ya sé por qué me hace tanto ruido.
Comencemos por lo que en mi cabeza quedó como el “dilema del cochinito”,
hace meses mi novia y mi suegra tuvieron a bien una idea, hacer un ahorro
semanal y el plan era dar $100 cada semana y así al final del año tendríamos
ese ahorro. Maravilloso! El punto era ¿dónde se guardaría ese dinero? Pues mi
novia creyó conveniente que fuera en un cochinito (nota: ella siempre ha sido
de ahorrar en un cochinito, además de lo que normalmente ahorra, y a finales
del 2012 le expresé que era una genial idea, algo que podría adoptar para mí
también, y compró para ambas cochinitos, fue un regalo muy significativo para mí,
y comencé a ahorrar, pero llegó final de año, peleas muy fuertes,
distanciamientos y mi ánimo para todo incluyendo, obviamente el dinero, se fue
al caño, luego dejé de trabajar y menos pude continuar con el ahorro, pero
finalmente estaba ahí mi primer cochinito, recordándome que debía ahorrar, que
no importara cuando lo hiciera o cuanto fuera, esperaría a ser llenado y roto
con emoción –parte gusto infantil, pues nunca tuve un cochinito- y sobre todo
porque me lo dio ella! Lo que recordaba simbólicamente que debía ahorrar por
nosotras, etc. etc.) total, que ella vio que
no lo usaba… y me lo pidió, en buen plan, para que se usara, etc. Por la
buena causa que fuera, no quería dárselo, pero me sentía obligada a hacerlo,
moralmente por que no ahorré lo que ella, porque ella me lo dio, porque con
ello el simbolismo extra que tenía de ahorrar por nosotras (quizá porque en el
fondo, aunque no fuera así, yo quería verlo como que ella esperaba eso de mi)
perdía importancia en ese cochinito, y bueno… ¿qué más podría hacer si ya me lo
había pedido?
Si por muy odiosa que sea yo, por muchas caras que pudiera hacer
o lo que fuera… siempre hago lo que ella desea… porque así me nace.
Y bueno, se lo di y sentí tan feo… mi primer cochinito no terminó como
esperaba, sentí como si a mi niña interna le hubieran negado a regaños algo,
jeje, supongo que eso fue. Y todo para que terminara “no sirviendo para ese
propósito” y me fuera devuelto, pues no… perdió ese valor y bueno, después de
razonarlo sola mucho tiempo… por fin pude deshacerme de él. Es un objeto al fin
y al cabo.
Ahoraaaaaaaa
Hace días que la tensión por el dinero está muy fuerte… (aunque esa es otra
historia truculenta) y pues mi futuro es muy incierto a ese respecto, pese a lo
que pensara hace días de eso… las cosas han cambiado mucho para mi novia en ese
punto y la entiendo, y aunque no fuera la presión la que la hizo cambiar de
parecer, si esperaba que tarde o temprano las cosas se pusieran color de hormiga
si esto pasaba… y pasó.
Entonces el punto básico fue, ella me vendía su Tablet a mitad de precio. Pero
me queda muy poco dinero, entonces me dijo que mejor la vendería por otro lado.
Yo, aferrada le dije que se la pagaba de una vez, antes de precisamente
quedarme sin dinero. Y así quedó la charla…
De pronto se le ocurrió la genial idea de cambiarme la Tablet por una
cámara que ella me regaló en navidad. Porque no la uso… y de nuevo… ¿qué hago? Decirle
que no… ¿? Mis razones son válidas para mi nada más. Pero tratando de verlo
como ella, creo que tiene validez, porque no
la uso como ella cree que deba usarse, porque así no tendría que pagarle la
Tablet. Y todos ganan, ella regala mi cámara o la vende y mata varios pájaros
de un tiro… está bien.
Peeerrrrooooo no me gusta la idea, por que es MI cámara, y escribiéndolo a “berrinchus
modus” diré lo que mi “ello” dice… y que
mi “yo” ya razonó:
¿Por qué de nuevo me da y me quita? Cuando regalas algo esperas que le
guste a la persona, que lo disfrute y use, y eso es lo que hace que un regalo
tenga tanto significado para mí, sobre todo viniendo de ella. Ahora, es mía, la
use como la use, ¿quién dice que el uso que le doy no es el correcto? Yo deseaba
mucho una cámara, ella lo sabía por eso me la regaló, si uso el celular para
fotos con más frecuencia habla de practicidad, pero en definitiva tengo una
idea de cómo me gustaba o me gustaría usar una cámara y era esa… ¿Por qué
decide eso por mí? El valor emocional que tenía cuando me lo dio, se perdió… y
bueno, si fuera porque no la uso en verdad, pues entonces yo misma la hubiera
vendido y sacado algo más de dinero, le compro la Tablet y tengo un excedente
(léase esto imaginando a una niña patalear, jaja).
Pero creo que en el fondo el mayor problema de estas dos, son la cuestión
emocional… en el temor de que así como las cosas, pase en algún momento… como
entre amigas que se hablan y de pronto una deja de hablarle a la otra… que me
deje de “querer” así… nada más.
(De nuevo, es un temor “infantil”, es mi “ello” hablando. Pero de otra
manera, estos dos incidentes no los hubiera sentido).
Gracias a quien tuvo el tiempo y la paciencia de leer mi inmaduro berriche
y desahogo. Ya estoy mejor. Ya lo superé… (ajaaaa, un par de días y listo,
jaja)
Y para quien se quedó con la duda existencial, sí, ya tengo un nuevo cochinito y ahorraré a
mi modo y tiempo. Y tal vez algún día me compre una cámara y tome fotos lindas
como deseaba hacerlo desde la secundaria, o no… pero si me llega la oportunidad
la tomaré.
